En su obra “ Facundo ” donde contrapuso la civilización representada por el liberalismo de la barbarie simbolizada por los caudillos federales, criticó la situación de su San Juan natal por ser una provincia de confesión católica y cuyos sacerdotes eran de corte conservador y ligados al partido federal.
Sarmiento nace en el seno de un hogar católico, en especial su madre Doña Paula Albarracin , a quien en su libro “Recuerdos de provincia” señaló de ella “ la religión brotaba del corazón creyente porque encontraba en ella una compañía, un auxilio para su vida. No era para ella una imposición externa, sino un deseo de la persona”, agregando y subrayando se desprende, entonces, que la oración y el sacrificio de su madre no eran ritualismo vacío, sino que brotaba de forma espontánea. "Su devoción y prácticas religiosas no eran fruto de la obligatoriedad rutinaria, sino manifestación real del sentir cotidiano”
Por esta influencia materna, Sarmiento, según Javier Olivera Ravasi , "tuvo una educación católica que con el tiempo irá perdiendo hasta convertirse en un furioso anticatolico y anticlerical… ”
Se puede establecer como fecha del cambio de actitud ante el catolicismo al año 1827 cuando el canónigo Pedro Ignacio Castro Barros llevó a cabo una misión en la plaza sanjuanina , a la cual el joven Sarmiento concurrio con frecuencia, expresando en la obra citada “hice confesión general con el y le consulte acercandome mas y mas a aquella fuente de luz”.
Pero poco días después se disgusto con el canónigo al oírlo predicar contra Rivadavia y Del Carril, Rosseau y LLorente, es decir oponerse lisa y llanamente al liberalismo, el cual le atraía no solo en sus ideas, sino que al decir de Olivera Ravasi “ todo permitía, incluso los desbordes morales juveniles tan propios de un adolescente”, lo cual es refrendado por el mismo Sarmiento que en “Dalia Dirás" comenta “haciendo de la noche día viviendo alegre romería”” completa este cuadro un anécdota familiar que comenta en “Recuerdos de provincia”.
La misma trató de un conflicto entre su madre y sus hermanas cuando estás promediando su edad juvenil propusieron sacar las figuras de santos que estaban en el lugar central de la casa, en la pared del diván y reemplazarlas por alfombras y cojines de estilo árabe que sirvieran para pasar un rato ameno. La discusión fue frecuente y, finalmente, cuando Doña Paula fue a la iglesia, sus hijas retiraron los santos del diván y lo colocaron en el dormitorio de su madre.
Cuando, Sarmiento escribió éste libro durante su exilio en Chile en 1850, no se propuso escribir una novela costumbrista como tal llena de anécdotas como las que se narró, si no que al decir de Agustín Podestá "lo central no son los datos históricos, que ofrece sino el mensaje final que quiere transmitir”planteando “ el cambio dialéctico de una sociedad colonial, feudal y católica a una sociedad independentista, burguesa y liberal”.
Así la religiosidad de su madre, pese a sus elogios, según Podestá es presentada como "arquetipo de la sociedad colonial y religiosa que comenzaba a decaer luego de La Revolución de Mayo”, en tanto que el escritor sanjuanino consideró a sus hermanas como “ las iconoclastas del siglo XVIII” ya que “la Revolución atenta contra las costumbres religiosa e hizo que se pierda el gusto por el arte”.
El destino final de las imágenes en el dormitorio de su madre, significa la necesidad de reducir la religión al ámbito de lo privado, de la conciencia individual, pues manifestó “....al ámbito público le pertenece lo nuevo. La religión debía encontrar un nuevo lugar en lo privado porque sólo allí puede ser vivido y no en espacios públicos"
Precisamente, Sarmiento desde su oposición a la prédica antiliberal de Castro Barros fue madurando un cristianismo protestantizado para unos, un cristianismo de tendencia racionalista para otros, reconociendo el valor civilizador de la religión católica, pero no aceptando jerarquía ni dogma alguno.
A propósito en el diario “El Mercurio ” de Chile por 1844 escribió “ la religión fue siempre la maestra de las sociedades en su infancia y la gloria del cristianismo consiste no sólo en haber ofrecido al hombre, la perspectiva de una dicha imperecedera, sino también en haber llevado la civilización a los extremos de la tierra, dulcificando sus costumbres y sosteniendo las pasiones”.
Por esta razón reconoce que las grandes aspiraciones de su tiempo, tales como la igualdad de derechos, el amor por el bienestar general, y la abolición de la esclavitud entre otras son, en el fondo,” la realizacion de la caridad evangelica que es el fundamento del cristianismo”.
Por el contrario, atribuye la barbarie la ausencia de una predicación religiosa, lo cual en nuestras tierras guarda relación con las enormes distancias en todas las direcciones concluyendo en “ civilización o barbarie” que “ la civilización es del todo irrealizable, la barbarie es normal”,dando como causa “ la religión sufre las consecuencias de la disolución de la sociedad, el curato es nominal, el púlpito no tiene auditorio, el sacerdote huye de la capilla solitaria, se desmoraliza en la inacción y la soledad”, todo conduce a que el sacerdote termine en constituirse en un jefe de partido.
Es por este motivo que su afán la por enseñanza religiosa tenía un fin más civilizador que evangelizador , y por consiguiente esta fue la finalidad de la traducción de un catecismo en Chile durante 1844 y al cual tituló “ Conciencia de Un niño”, el cual en el fondo era una compilación de escritos según su particular interés y que estaban destinados a las escuelas públicas.
Esta obra se divide en tres grandes secciones: moral y nociones básicas sobre Dios, historias del Antiguo Testamento y, por último, instrucciones sobre doctrina, las oraciones básicas cristianas, para terminar con una reflexión final.
Este libro fue pensado para niños ya que ellos eran considerados las promesas del futuro y en quienes se podía inculcar virtudes morales. Se buscaba transformar a los niños no solo en cuanto a su relación con Dios, sino buscando modelar la conciencia de un sujeto social.
Al decir de Podesta, esta publicación “no quiso legar solamente un tratado doctrinal, sino moralizar al pueblo, inicialmente a los niños que fueron el objetivo predilecto de la educación, ya que en ellos se encontraba la posibilidad de mejorar el futuro”
De regreso al país, tras la derrota de Rosas en Caseros, se incorporó a la masonería iniciandose en la misma en 1854 , en la logia "unión fraternal N°1 "Que será la base de “el gran oriente argentino” y, luego, elegido Gran Maestre de la misma, es decir de la masonería argentina en 1882
Justamente en un agasajo que sus hermanos masones le ofrecieron el 29 de septiembre de 1868 con motivo de ser electo presidente de la República negó la incompatibilidad entre ser católico y ser masón, afirmando: "si la masonería ha sido instituida para destruir el culto católico, no soy masón. A Su vez cuestionó el “Syllabus” de Pio IX, oponiéndose a la condena de la soberanía popular, a la libertad de pensamiento e insistiendo que las convicciones religiosas pertenecen al ámbito privado concluyendo que “l a masonería …realiza el espíritu y fundamento del cristianismo "amad al prójimo como a sí mismo, "Siendo ya Gran Maestre de la Masonería Argentina, cargo que desempeño entre 1882 y 1885, tuvieron lugar la discusión entre católicos y liberales en torno al proceso de laicización del estado argentino, mostrándose favorable al proyecto de ley que a la postre será la ley 1420 que consagró la educación laica, gratuita y obligatoria.
Se creó un clima de discusión en el cual Nicolás Avellaneda, pese a ser confeso liberal defendió la necesidad de la enseñanza religiosa en las escuelas en un artículo titulado “La escuela sin religión”.
Sarmiento le contestó por medio de un pequeño libro denominado “La Religión de mi mujer” donde propuso “no un estado ateo, sino lisa y llanamente un estado cristiano con religión liberal”, reafirmando su postura de que “se puede ser católico sin creer todos los dogmas o misterios”, y, así, su deseo pasó a ser “yo no quiero para las escuelas esa religión que es el culto católico,sino la religion cristiana, y no ese culto oficial o religión con dogmas especiales”
De este modo, para Olivera Ravasi, Sarmiento no plantea abiertamente un ateísmo, o bien un agnosticismo, sino "una religión utilitaria que permita vivir medianamente en sociedad: una religión con olor a tierra, salvo para asustar a los niños, nada de prácticas, nada de dogmas….”.
Por su parte, Podestá al analizar Civilización o barbarie, señala que en el fondo, Sarmiento confunde la religión con la moral pues afirma “ la casi dada por hecho identificación entre religión y moral. Nótese que ambas dimensiones son utilizadas casi como sinónimos….”
Entonces, al parecer Sarmiento resalta la religión entendida como moralidad, como medio de civilización y superación de la barbarie, sin embargo, dejando de lado su vida privada, y su carácter indisciplinado temperamental y poco dispuesto a aceptar los criterios básicos de verdad, actos propios de su vida como hombre público contradicen su postura intelectual que consideraba a la religión “ pura”, es decir sin dogmas ni prácticas como base de la acción civilizadora que partiría de la escuela pública como formadora de honestos e ilustrados ciudadanos.
Veamos algunos ejemplos que nos permiten asomarnos a su conflictiva personalidad
1- Se caracterizó por el uso de la mentira, la cual la reconoció y la consideraba como una cualidad familiar. Así en un discurso el 28 de octubre de 1868 , siendo ya Presidente de la República, señaló
“si miento lo hago como don de familia, con la naturalidad y sencillez de la verdad”.
Más grave durante la campaña presidencial de 1880, al ser asesorado que perdería el voto de los católicos en Córdoba por su condición de masón, desmintió públicamente la condición de tal.
2- La crueldad fue otra de sus notas. Aconsejó en 1844 desde Chile al jefe de la coalición del norte
“es menester emplear el terror para triunfar en la guerra. Debe darse muerte a todos los enemigos y no tener consideración con nadie….todos los medios son buenos y deben emplearse sin vacilación alguna imitando a los jacobinos de Robespierre
En un discurso en Concordia el 21 de marzo de 1884, expresó “mi gobierno ha sido un gobierno de fuerza Y represión…..si Sanchez mata gente, cállense la boca. Son criminales bipedos…que no se que se obtenga tratándolos mejor”
3- También uso la calumnia como arma política denigrando no solo a sus enemigos, los caudillos federales, sino a personas afines ideológicamente, pero ,que los que consideraba rivales personales, tales son los casos de Alberdi y de Mitre.
Del primero escribió “charlatán, mal criado y pillo. Saltimbanqui, raquítico. y jorobado…..asco me da la baba de su envidia hipócrita y su ambición rastrera"
En tanto , del segundo expresó en una carta a Ignacio Rivas
“por su presuntuosa ignorancia y su intención de dañar desvaría. Es un charlatán. Es de quien quiera aniquilarlo”
A Don Miguel Navarro Viola, quien competio con un importante cargo en el Consejo Nacional de Educación al igual que en las publicaciones lo llamo “ pajarraco” y a su libro” el lector americano” como” libraco chupandino mazorca”, “basura sucia y hedionda"
Al presentarse en esta institución, saludó irónicamente a sus compañeros haciéndoles notar que ninguno de ellos eran educadores.
Finalmente, en medio de una disputa en el seno de la Masonería, ante la popularidad alcanzada en los 80, acerca de que si debían seguir guardando o no el sigilo en sus reuniones, Sarmiento al ser designado Gran Maestre enfatizó “ Yo os ordeno, hermanos, en virtud de los poderes supremo que me habéis conferido que hagáis de tal manera que vuestra almohada ignore lo que pasa en esta noche solemne, y que vuestra mano izquierda no sepa mañana ni nunca, lo que la derecha ha jurado guardar el secreto masónico “
Tales posturas no condicen con “ la religión sin dogmas que pregono, ni con el amor fraternal universal que expuso como fin masónico, el cual pasaría a ser no solo la realización y superación de la caridad cristiana"
En el fondo, el alma de Sarmiento fue una conjunción de un intento de racionalizar la fe, una devoción a los principios de la ilustración y del liberalismo combinado con ciertas tendencias románticas en un espíritu dominado por el orgullo y la inestabilidad emocional .
Combatió el catolicismo como tal, sus dogmas y sus misterios, la idea de una verdad y de un bien absolutos, que sintetizó Fray Anibal Fosbery al enseñar que hay “una verdad a creer, una moral a practicar, un culto a celebrar”