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En una concesión inexplicable al feminismo alperovichista, la Legislatura de Tucumán aprobó la adhesión de la provincia a la ley N° 26.150 de ESI nacional. El opositor Albarracín habló de entrega de la soberanía cultural. El gobernador Jaldo ante una oportunidad histórica.
Foto La Gaceta VIDEO
En el año 2018 y mientras era presidente de la Legislatura el CPN Osvaldo Jaldo , se comprometió ante un numeroso grupo de pastores evangélicos, a no aprobar ninguna ley que implicara difusión o guiño alguno a la nociva ideolgía de género.
El destino quiso que algunos años después se sentara en "el sillón de Lucas Córdoba" y así tener la oportunidad de cumplir su palabra haciendo uso de la facultad que le confiere el artículo 71 de la constitución provincial:
Art. 71.- El Poder Ejecutivo deberá promulgar los proyectos de ley con sanción de la
Legislatura dentro de los diez días hábiles de haberles sido remitidos por ésta. Podrá, durante dicho plazo oponerle su veto, que podrá ser total o parcial en forma fundada; si una vez transcurrido el mismo no ha hecho la promulgación ni los ha devuelto con sus objeciones a la Legislatura, se considerarán ley de la Provincia.
Si el Ejecutivo vetase parcialmente la ley de presupuesto, se aplicará ésta en la parte no vetada hasta que la Legislatura se pronuncie sobre el veto opuesto.En los demás casos, si la parte vetada no quita autonomía normativa
a la ley, la misma será promulgada.
¿Hará el tranqueño uso de la facultad de veto o el exánime feminismo alperovichista le hará incumplir su palabra?
Ante los ojos de los tucumanos - que ya muchas veces y de modo multitudinario demostraron su rechazo a la agenda cultural del feminismo foráneo - no le bastarán malabares dialécticos si quiere tener chances de ser triunfador en las elecciones del año que viene.
En su momento de mayor inanición política el kirchnerismo se lleva de la provincia un regalo que atenta contra la inocencia de los niños tucumanos