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Los santos no nacieron santos, se dejaron moldear por Dios pero también ellos trabajaron con perseverancia.Ya hemos visto que la santidad es obra de Dios pero exige nuestra humilde colaboración. Dios no puede obrar si nosotros no le dejamos, si nosotros le cerramos la puerta.

Santos de ayer y de hoy

la santidad es obra de Dios pero exige nuestra humilde colaboración.

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