En efecto, tras el desastre de Huaqui, en 1811 las tropas
enviadas al Alto Perú quedaron totalmente diezmadas y desmoralizadas regresando
a la actual provincia norteña al mando de Pueyrredón en 1812.
Por entonces, el General Manuel Belgrano cumplía la misión
de fortificar las barrancas del río Paraná a la altura de Rosario con el
objetivo de repeler los ataques que los realistas efectuaban sobre la costa de
este rio en las cercanías de Montevideo.
Justamente, estando en Rosario, el 27 de Febrero de 1812,
el Primer Triunvirato le ordeno hacerse cargo del Ejército Auxiliar del Norte,
arribando a La Posta de Yatasto el 25 de marzo de dicho año. Poco después, un
26 de Mayo, nuestro general fue nombrado General en jefe del Ejército Auxiliar
del Perú siendo secundado por el Coronel Eustoquio Díaz Vélez como Mayor
General.
Al hacerse cargo del ejército, Belgrano encontró que sus
tropas no eran más que un conglomerado de hombres mal vestidos y mal
alimentados, sin municiones, maltrechos y desmoralizados
A esta situación , se agrega el informe de Díaz Vélez,
quien con sus voluntarios fueron a Humahuaca a vigilar la entrada de los
realistas. Éste le trajo la noticias del avance arrollador de las huestes
comandadas por Pio Tristán con un numeroso ejército.
Belgrano, ante esta realidad, solicitó ayuda al gobierno de
Buenos Aires escribiendo a Rivadavia “...¿ se puede hacer la guerra sin gente,
sin armas, sin municiones, sin pólvora siquiera..” recordando luego “usted me
ha ofrecido atender a este ejército, es preciso hacerlo y con la celeridad de
un rayo…” para concluir a modo de súplica “no por mi, que mi crédito es poco en
este momento, sino por la patria”
Preocupados en tomar Montevideo y terminar, el gobierno
centralista que representaba los intereses de la elite comercial porteña, hizo
oídos sordos a los reclamos de Belgrano, y lo dejó en total soledad ante este
patético.
Se propuso reorganizar y disciplinar el Ejército del Norte
y exaltar el sentimiento patriótico de la población jujeña para lo cual
organizó la celebración del segundo aniversario de la Revolución de Mayo
enarbolando en la misma la bandera que acababa de crear en las riberas de
Rosario.
Escribió Joaquín Carrillo, clásico de la historiografía local “ ..el
sentimiento patriótico de Belgrano tuvo fecundidad en la invención de una
ritualidad patriótica para herir el corazón de los pueblos y templarlos en la
fatiga, , sublimándonos para el sacrificio en las más rudas batallas…”
Reorganizó las tropas patrióticas, buscando restablecer la
disciplina, volviéndose riguroso e inflexible con sus soldados, creando
compañías y levantando la moral de los mismos.
A Mediados de julio la realidad
era cada vez más complicada ante el avance de las mencionadas tropas realistas.
Ante la orden dada por el triunvirato, de retroceder hasta Córdoba, Don Manuel
Belgrano publicó un bando con fecha 29 de ese mes por el cual ordenó el
abandono de la región de todos sus habitantes, quemando los campos, arriando el
ganado y levantando o destruyendo todo objeto de recursos con la finalidad de
dejar desoladas las tierras a las tropas invasoras para que tuviesen
dificultades en satisfacer sus necesidades básicas.
Comenzaba el citado bando con una ardorosa arenga por la
cual Belgrano los exhortaba puntualizando” llegó la época en que manifestéis
vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al ejército de mi mando si como aseguráis
queréis ser libres trayéndonos las armas de chispa blanca y municiones que
tengáis o podáis adquirir…”
A continuación, señalo responsabilidades y sacrificios a
realizar a los distintos grupos que componían las comunidad de Jujuy
● A
Los hacendados, “sacar vuestro ganado vacuno, caballares, mulares y lanares que
haya en vuestras estancias…”
● A
los labradores, “asegurad vuestras cosechas es trayéndolas para dicho punto…”
● A
los comerciantes, no perdáis un momento en enfardar vuestros afectos y
remitirlos…..además serán quemados los efectos de que se hallaren en poder de
quien fuere y a quien pertenezcan..”
Por otro lado, endureció su posición con aquellos que no
acatarán el bando señalando “serán tenidos por traidores de la patria, todos
los que a mi primera orden no estuvieran prontos a marchar y no lo efectuase
con la mayor escrupulosidad sean de la clase y condición que fuesen..”
La población acató la medida y a partir de los primeros
días de Agosto , demorándose más los vecinos pudientes, quienes esperaban las
carretas requeridas al líder de la gesta para transportar sus bienes.
Así, siguiendo las instrucciones de Belgrano, los
habitantes de Jujuy, a lo que se sumaron refugiados procedentes de Tarija y Chichas,
abandonaron sus hogares y arrasaron con todo lo que dejaban atrás.
Las fuerzas irregulares de Díaz Vélez quedaron en la
retaguardia del Éxodo, teniendo como mandato hostigar, en lo posible, a los
realistas.
Definitivamente, el Éxodo comenzó la tarde del 23 de Agosto
y Belgrano fue el último en salir por la noche, cuidando que no quedase ningún
habitante en la capital norteña. Se arreo todo el ganado, se prendieron a las
cosechas, y se encaminaron al sur
Tristán tomo Salta el 28 de Agosto y pretende bajar
por la Quebrada del Toro para cortar la retirada de los rioplatenses, enviando
al coronel Agustín Hulci, quien será derrotado por Díaz Vélez en el combate de
Las Piedras el 3 de Septiembre.
La pequeña victoria envalentono a nuestro
ejército y sumado a la actitud del pueblo tucumano se decidió poner fin al
Éxodo desobedeciendo las órdenes del ya cuestionado Primer triunvirato para
hacer frente a los “ temibles godos” en Tucumán