Donald Trump: la verdad al desnudo. Por Carlos Castillo

Ríos de tinta se han escrito acerca del atentado al ex presidente norteamericano. Muy poca ha servido para echar luz sobre el caso.

Trump sonríe en la Convención Republicana.

El intento de asesinato contra el ahora candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos Donald John Trump ha cambiado para siempre la historia del mundo. Y lo ha hecho porque ha dejado al descubierto mitos que nunca volverán a ser lo que fueron.

Empecemos por el más evidente que es el tema de la seguridad y la infabilidad de los servicios secretos norteamericanos. Ya los incidentes de la Copa América (golpizas en la semifinal Uruguay-Colombia y postergación en la final Argentina-Colombia) habían hecho preguntarse al mundo como podía darse tamaño papelón organizativo en el país más poderoso del planeta, pero que unas pocas horas después en una zona rural escasamente poblada de Pensilvania, un veinteañero pelilargo se haya podido colocar a 150 metros de quién es el máximo favorito a ser nuevamente presidente y dispararle repetidas veces es verdaderamente shockeante.

Han aparecido videos de un par de minutos antes de los disparos con gente avistando a Thomas Matthew Crooks en el techo desde donde disparó y gritando pidiendo ayuda para que lo detengan. Su pasado de víctima de repetido bulling, según sus ex compañeros de escuela, es un patrón que se repite en este tipo de actos violentos. Si hubiera acontecido en éstos lares muchos estarían despotricando contra la incapacidad e ineptitud de los argentinos para hacer algo bien. A propósito, el presidente Milei acaba de refundar el servicio secreto argentino que ahora se llama División de Asuntos Internos, con toda la simbología masónica que abunda en el país del norte.

Otro mito que se deshace como pompa de jabón es el relato woke de la izquierda cultural norteamericana endilgándole a Trump y sus seguidores la potestad de la violencia. Aunque se haya registrado como votante republicano Crooks hizo donaciones a organizaciones progresistas aliadas al partido demócrata y también aparece en un video confesando su odio a los republicanos y en particular a Trump.

Este mito es alimentado constantemente por la prensa que por ejemplo suelen usar expresiones como ultraderecha para definir a candidatos nacionalistas pero nunca de ultraizquierda para calificar a un marxista. En una famosa entrevista que hace unos años Clara Mariño y Ceferino Reato hicieron a Victoria Villarruel, Roberto Perdía y Luis Mattini, la actual vicepresidenta se asombraba de la falta de arrepentimiento y magnanimidad de los líderes de Montoneros y del ERP a pesar de sus múltiples crímenes, a lo que el último jefe erpiano le respondió "yo soy marxista...nosotros creemos que la historia es la lucha de clases ¿Con quién quiere que me reconcilie, con la clase que nos domina?" La causa de esta falta de imparcialidad de la prensa es la inteligente estrategia gramsciana de copamiento de los ámbitos de formación de los comunicadores sociales llevada a cabo en las universidades de casi todo Occidente.

Pero el mito más importante que se derrumba es el de la superioridad moral y la honestidad de la democracia liberal occidental y sus librepensadores. Aquí lo que se intentó es matar a un líder que derribó mentiras como el caso Roe vs Wade que fue el sostén del aborto durante medio siglo en Norteamérica. Y lo hizo simplemente poniendo jueces probos y honestos en la Corte Suprema. Al que se intentó matar fue al único presidente norteamericano de los últimos tiempos que no inició ninguna guerra. Pero el Nobel de la Paz fue para el invasor de paises, abortista y promotor de la cultura LGTB, Barack Obama.

Así funciona el "mundo libre". Trump con lo que hizo es una amenaza para todo el Occidente modernista y liberal. Es creyente y pro vida, es amigo de Putin, quiere parar la guerra y su negocio bimillonario. Entonces todo vale para frenarlo. "El País" en España titulaba después de los graves sucesos: "Trump evacuado de un mitin por el servicio secreto tras sufrir un aparente atentado". La CNN en un título que quedó para la historia diría "Donald Trump resulta herido tras caer durante un mitín en Pensilvania". No importa que haya muertos y heridos, lo que importa es que la verdad sea solamente la que los dueños del pensamiento dominante quieren que sea.

La Providencia quiso que Trump siga vivo. Sólo es un hombre, pero a veces un hombre puede torcer el destino de muchos.