En respuesta a su ferviente oración Ella se le aparece el 16 de Julio de dicho año y le entrega el escapulario para su comunidad y para todo carmelita con la promesa de que aquel que muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno. Con el paso del tiempo la Iglesia ha extendido esta devoción y su promesa a todos los fieles que deseen llevarlo con verdadero espíritu de piedad.
Muchos Papas, santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima, a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima”.
Con el correr del tiempo la devoción a la Virgen del Carmen y el insigne Escapulario ha sido de las más propagadas en el mundo entero y su gran promesa para los que lleven piadosamente este magnífico “estandarte” se ha convertido en Áncora de Salvación.
Quizá muchos de nosotros llevamos impuesto el Escapulario sin saber exactamente para qué o su profundo significado, más como un “amuleto de la suerte” que como un verdadero sacramental y, por tanto, un compromiso de vida.
Ahora bien, ¿qué es un sacramental?
Según el Catecismo de la Iglesia Católica los Sacramentales “son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida; los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella”. Así tenemos innumerables sacramentales, como ser el agua bendita, las bendiciones a personas y a objetos, entre ellos cruces y medallas, etc.
¿Quiénes, por tanto, pueden recibir la imposición del Escapulario y cómo?
Cualquier persona creyente, aunque no sólamente, que no lo haya recibido y desee llevarlo con verdadera piedad y devoción, comprometiéndose de corazón a llevar una vida recta. Basta acercarse a un Sacerdote y pedírselo, mejor si es en comunidad, ya que muchos de ellos aprovechan las festividades Marianas para imponerlo a sus fieles, en especial el día de la Virgen del Carmen.
Entre los significados del Escapulario podemos destacar principalmente tres.
Por un lado, “el amor y la protección maternal de María:
El signo original es una tela o manto pequeño. Vemos cómo María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos. Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual”.
Por otro lado, “remarca nuestra pertenencia a María":
Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María. Consagración no es sino 'pertenecer a María', es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo”.
Y finalmente significa “el suave yugo de Cristo:
"Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de Mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar. Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y dificultades que ese yugo le traiga”.
¡María, Virgen del Carmen, ruega por nosotros!
Dominus Tecum