Con escasos recursos, libró una constante guerra de guerrillas conocida como la Guerra Gaucha, deteniendo seis incursiones del ejército español, conservando por éste medio el norte del actual territorio argentino libre de las tropas realistas tras los sucesivos fracasos de las expediciones al Alto Perú por parte del Ejército del Norte.
Sin lugar a dudas , su personalidad resulta de significativa importancia en el proceso de emancipación de nuestra patria. El y sus “infernales”, tal como se denominó a sus tropas compuestas por gauchos y aborígenes que él en persona reclutaba, soportaron las embestidas godas muchas veces sin contar el apoyo militar y financiero de los gobiernos directorales.
Su conocimiento de la geografia, de los cerros, y en especial, de los hombres de campo le brindaron un gran aporte para la causa nacional. En este sentido, Lazarovich no escatimó elogios al expresar “Gracias a su coraje y espíritu libertario, Güemes conquistó al gauchaje y creó a los infernales, una tropa de soldados imbatibles que defendieron la Frontera Norte cuando el ejército de San Martín fue a liberar Chile y Perú “
Nuestros dos grandes próceres valoraron la tarea que el caudillo salteño y sus gauchos estaban realizando en pro de la libertad de nuestra región. San Martín sostuvo acerca de la guerra gaucha “Los gauchos de Salta están haciendo al enemigo una guerra de recursos tan terrible que lo han obligado a desprenderse de una división con el solo objetivo de extraer mulas y ganados”; en tanto que Belgrano, le escribió una carta alentando en su gobierno que tenía la oposición de las clases altas salteñas remisas a pagar las contribuciones que el gobernador salteño requería. así como su rivalidad con Rondeau quien estaba más preocupado en la política interna que en consolidar la independencia y conservar la integridad territorial.
El texto epistolar resaltaba “Hace ud. muy bien en reírse de los doctores, sus vocinglería las lleva el viento. Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esto no haga caso a esos malvados que tratan de dividirnos. Así, pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes son ingratas, las futuras veneraran nuestra memoria, que es la recompensa que deben esperar los patriotas”
La táctica que el general empleo, la guerra de guerrillas, consiste en una lucha asimétrica por medio de emboscadas, ataques sorpresa y movimientos rápidos que tuvieron como objetivo desgastar al bando enemigo y evitar la confrontación directa.
Joaquín de Pezuela, uno de los generales que lo enfrentó, brindó sus apreciaciones al virrey Del Pino que dirige las operaciones realistas desde Lima “ su plan no es dar ni recibir batalla decisiva en parte alguna y si de hostilización en nuestras posiciones y movimientos”
Nuestro héroe norteño nació en Salta un 8 de febrero de 1775 en el seno de una familia acomodada siendo hijo de Gabriel de Güemes Monteros quien desempeñaba las funciones de tesorero de La Real Hacienda de la corona, y de María Magdalena de Goyechea y de La Corte, descendiente de Francisco de Argañaraz, fundador de la ciudad de San Salvador de
Jujuy.
Desde temprana edad mostró su inclinación por las armas, ingresando a los 14 años al Regimiento de infantería que tenía un batallón en su ciudad natal y en 1805 fue trasladado a Buenos Aires, lo cual le permite una participación activa durante las invasiones inglesas a tal punto que en la primera de ellas en 1806 formó parte de una carga de caballería que capturó el barco inglés”Justine”. Pero debido a una enfermedad y a la muerte de su padre, tuvo que regresar a Salta.
Una vez que tomó conocimiento de los sucesos de 1810, se enroló en el Ejército del Norte durante la primera campaña al Alto Perú , donde el naciente ejército pasará del triunfo de Suipacha el 7 de noviembre de 1810 al desastre de Huaqui un 19 de junio de 1811.
Durante esta expedición, Güemes fue destinado al mando de un escuadrón gaucho en la Quebrada de Humahuaca y en los valles de Tarija y Lopez, impidiendo la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas del Alto Perú .
Tuvo una destacada participación en la batalla de Suipacha y tras la derrota en Huaqui permaneció en la quebrada iniciando su guerra de guerrillas para contener el avance de las tropas de Pío Tristán. Además, colaboró para que el general Pueyrredon atravesase la selva oranense y logre saquear las secas de Potosí. y con Estoqueo Diaz Velez para la recuperación de la ciudad de Tarija.
A principios de 1812, la situación empeoró en el norte. Las huestes reales a cargo de Goyeneche avanzó, razón por la cual el Ejército del Norte debió retroceder hasta Jujuy. Es entonces cuando Belgrano se hace cargo del mismo. Las tropas por él comandadas derrotaron a las de Pio Tristan en Tucumán durante ése año y en Salta a comienzos de 1813, pero serán derrotadas en las batallas de Vilcapugio y Ayohuma en el adverso altiplano boliviano.
Durante esta segunda expedición, Güemes, acusado y sancionado por actos de indisciplina, se trasladó, a Buenos Aires regresando cuando San Martín se hace cargo de estas desmoralizadas tropas nombrando a nuestro caudillo al mando de la vanguardia y encomendando el cuidado del río Juramento.
Se perfiló, definitivamente, la guerra gaucha para la cual, Güemes contó con el apoyo de importantes jinetes como Luis Burela, Ignacio Gorriti y Pablo Latorre entre otros rechazando el avance de las tropas del general Joaquín de Pezuela.
Sin embargo, San Martín pidió licencia de la dirección del Ejército del Norte siendo reemplazado por Jose Rondeau, quien proyectó la tercera campaña al Alto Perú.
Güemes tuvo una actuación relevante en la batalla del Puesto del Marqués, pero por el desprecio del futuro director supremo a las tropas gauchas y la indisciplina se retiró a Jujuy no participando de la que a postre sería la última expedición que culminó con la derrota total en Sipe Sipe
De regreso a Salta, Güemes fue elegido como gobernador por el cabildo.Su jurisdiccion comprendia además las ciudades de Jujuy Tarija y San Ramón de la Nueva Orán,
El cabildo jujeño desconoce el nombramiento instigado por Rondeau y las tropas directoriales marcharon para derrocarlo siendo derrotadas por las guerrillas y debieron reconocerlo como gobernador en el pacto de Cerrillos y otorgarle la defensa de la frontera noroeste. El pacto de Cerrillos aseguro la situación de los territorios controlados por los ejércitos patrios y favorece a la Declaración de la Independencia.
Durante su gobierno tuvo que afrontar una grave crisis económica y social ya que los campos se encontraban devastados por la guerra y la interrupción del comercio con la región del Potosí. En una carta a Belgrano le expone al respecto “esta provincia no representa más que un semblante de lágrimas, miseria y agonía.
La Nación sabe cuántos y cuántos grandes sacrificios tienen hechos la provincia de Salta en defensa de su idolatrada libertad y que ha costa de fatigas y sangre ha logrado que los demás pueblos hermanos conserven su seguridad y sosiego..."
En este contexto, Güemes y sus infernales tuvieron que hacer frente, en total soledad, a seis incursiones por parte de las tropas realistas entre 1816 y 1821. En efecto, jamás obtuvo apoyo alguno de parte del Directorio y la ayuda que le prestó el Ejército del Norte fue muy limitada.
La primera incursión enviada desde Lima a cargo del general Jose de la Serna e
Hinojosa tuvo como objetivo recuperar Bs As. De la Serna ocupó las ciudades de Tarija, Jujuy y Salta, pero nuestras tropas lo resistieron en la Quebrada de Humahuaca y tras sucesivos asedios logró la rendición.
Parecía, entonces,el momento oportunismo para efectuar una cuarta y triunfal expedición para acabar con la resistencia altoperuana considerando que simultáneamente las tropas sanmartinianas atacarían Lima por el Pacifico. Pero, San Martín se demoró en Chile, por falta de recursos hasta 1820, Belgrano, por su parte, será convocado por el Directorio para combatir a los artiguistas de Santa Fe por ende el Alto Perú se perdió definitivamente.
Se sucedieron nuevas invasiones resistidas por Güemes y sus gauchos alentados epistolarmente por San Martin ya que Rondeau, director supremo desde 1819, según Pigna, “no tenía por prioridad la guerra de la independencia sino terminar con el modelo artiguista de la Banda Oriental que proponia el federalismo y el reparto de tierras”
Llegamos, así, a la última penetración en 1821 la cual se vio contextualizada en los inicios de la guerra civil. En la misma, Güemes soportaba al norte a los españoles al mando de Valdés, al sur la oposición de Bernabe Araoz, aliado de los terratenientes salteños opuestos a la exigencias pecuniarias del gobernador que necesitaba de recursos locales para mantener la causa. Justamente Güemes fue depuesto transitoriamente por la revolución del comercio y luego herido en la Quebrada de Horqueta por una bala de fuego que a la postre ocasionará su muerte un 17 de junio de 1821.
A modo de corolario final, escribimos las palabras que les dirigió a sus gauchos
”voy a dejarlos pero me voy tranquilo, porque sé que tras de mí quedan ustedes, que sabrán defender a la patria con el valor de que han dado prueba”.
Los infernales así lo hicieron derrotando a las tropas enemigas y librando las provincias norteñas de la presencia realista para siempre.
Prof. Juan Ramón Ponce