ADVIENTO Y POLITICA

Recambio parlamentario, buen momento para rever estilos

Unidos en la verdad por amor a la patria

Adviento y política El tiempo litúrgico que transcurre invita a los cristianos a preparar los caminos para la llegada del Rey de la Paz, exhortando a que los senderos sinuosos se allanen, a que las montañas y los valles sean rellenados. Podríamos, parafraseando a la voz clama en el desierto, pedir que la grieta sea rellenada, que las destempladas posiciones ideológicas sean razonables, que el desencuentro sea olvidado. La lógica hegeliana pisa fuerte en la política argentina, prima el lanzamiento de la propia posición contra la del otro con el propósito de enrostrar, descalificar, ridiculizar, incriminar. No se trata de buscar la verdad sobre la cosa, sobre lo que acontece sino de imponer la propia. Durante esta semana se producirá la renovación parcial de miembros en el Congreso Nacional, lo mismo acontecerá en varias cámaras provinciales y en cientos de concejos deliberantes, lugares donde el logos (palabra) debería primar sobre el faccere o mejor dicho donde las ideas deberían poner luz para elegir los mejores caminos a seguir para alejarnos de la postración en la que estamos como país. Para ello necesitamos hacer nacer la concordia que supone el reconocer al otro como un par, como un amigo. No estamos planteando consensos sobre cosas que son irreconciliables, sería un desatino pretender asimilar bien con mal, verdad con error, vicio con virtud. Sincretismo le llaman los filósofos. Estamos planteando que lo intentando hasta acá, al menos si consideramos unas cuantas décadas hacia atrás, por el péndulo del pragmatismo y la conveniencia de sectores nos dejó mal parados en economía, en educación, en salud, en cultura. Son varias las generaciones perdidas en las garras de la pobreza y la ignorancia. Nada tienen para festejar en ninguno de los lados de la grieta, pues suman responsabilidades en el abismo de desesperanza e incertidumbre que supieron cavar. Es hora de rellenar con verdades y para ello es preciso mirar con ojos admirados no con ojos cegados por la ideología. Que la esperanza que se anuncia en el lucero del adviento ilumine la cerviz de quienes mandan.

Que la esperanza que se anuncia en el lucero del adviento ilumine la cerviz de quienes mandan

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