Luis tenía 35 años y Celia 27. El entendimiento y el amor fue tan rápido y grande entre los dos que contrajeron matrimonio el 13 de julio de 1858, sólo tres meses después de haberse conocido.
La boda civil se celebró en el municipio de Alençon a las 10:00 p.m. del día 12 y la religiosa a la medianoche, como era costumbre en ese tiempo, en la iglesia de Nuestra Señora.
Las cartas de Celia reflejan el amor que sentía por Luis: “Tu mujer que te ama más que a su vida” y “Te abrazo tanto como te amo”.
Ambos llevaron una intensa vida espiritual. Asistían a Misa diaria, oraban en forma personal y comunitaria, se confesaban con frecuencia y participaban en las actividades parroquiales.
De su unión nacieron nueve hijos , cuatro de los cuales murieron prematuramente. Sobrevivieron cinco niñas: Paulina, María, Leonia, Celina y Teresa. A todas les transmitieron el amor a Dios y al prójimo. Además, sus negocios no fueron impedimento para que pasaran tiempo de calidad con ellas.
Cuando tenía 45 años, Celia se enteró de que tenía un tumor en el pecho . “Si Dios quiere curarme, estaré muy contenta, pues, en el fondo de mi corazón, deseo vivir; lo que me cuesta es dejar a mi marido y a mis hijas. Pero, por otra parte, me digo: si no me curo es que, quizá, será más útil que yo me vaya”, escribió en una carta.
La santa vivió esta enfermedad con firme esperanza cristiana hasta que falleció el 28 agosto de 1877 rodeada de su esposo y su hermano Isidore.
Luis se trasladó a Lisieux, donde vivía Isidore, y la tía Celina lo ayudó a cuidar de sus cinco hijas. Años más tarde, todas se hicieron religiosas , cuatro en el Carmelo y una en la Visitación.
Su mayor sacrificio fue separarse de Teresa, a quien llamaba “su reinecita”, y que ingresó a la vida religiosa a los 15 años.
Luis contrajo una enfermedad que lo fue mermando hasta perder sus facultades mentales. Fue internado en el sanatorio del Buen Salvador en Caen.
Durante los períodos de alivio se ofreció como víctima de holocausto a Dios, hasta que murió el 29 de julio de 1894 .
Su hija Teresa fue proclamada santa el 17 de mayo de 1925 por el Papa Pío XI . Luis y Celia fueron canonizados el 18 de octubre de 2015 por el Papa Francisco durante el Sínodo de la Familia.
En julio del mismo año se abrió la causa de beatificación de Leonia, hermana de Santa Teresa de Lisieux.