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El objetivo oficial es garantizar para cada estudiante un libro por asignatura, en un país con 10 millones de habitantes. “Esto forma parte del regreso de la lectura a la escuela, en detrimento del tiempo de pantalla”, dijo la ministra.
Cambio de rumbo en Suecia
Suecia está empezando a cuestionar la preponderancia de las pantallas y tecnologías digitales en sus escuelas, algo que había impulsado el propio gobierno.
Canceló su plan de educación digital y redireccionó los fondos para la distribución de libros de texto: quieren repartir uno por materia para cada estudiante. La medida llega luego de un retroceso en las pruebas PIRLS de comprensión lectora.
La decisión de Edholm que asumió su cargo en octubre del año pasado, llegó luego de que se conocieran en mayo los resultados de las pruebas internacionales PIRLS, que evalúan la comprensión lectora en estudiantes de 4° grado de primaria (y en las que Argentina no participa).
Aunque los estudiantes suecos se ubican en el 8° puesto a nivel global y superaron el puntaje promedio de la Unión Europea, los resultados del país nórdico están por debajo de los alcanzados en la edición previa de 2016.
Con 544 puntos en la prueba de comprensión lectora, la caída de Suecia entre 2016 y 2021 (con la pandemia de por medio) fue de 11 puntos, equivalentes a apenas un 2%. “Tenemos una crisis de lectura en las escuelas suecas. Corremos el riesgo de ver una generación de analfabetos funcionales”, advirtió la ministra en una conferencia de prensa, en la que asoció el retroceso en la comprensión lectora con el avance de las pantallas.
El reemplazo gradual de libros por pantallas que se da desde hace 15 años concibe a la digitalización como una cualidad intrínsecamente positiva, sin considerar a fondo la importancia de los contenidos que se enseñan y aprenden.
Anunciaron una inversión de 60 millones de euros este año, y 45 millones en 2024 y 2025, en material didáctico que fortalezca el desarrollo del lenguaje, la lectura y la escritura. Uno de los objetivos es que cada estudiante trabaje con un libro por materia. Para Edholm, esos manuales conservan ventajas que todavía ninguna tablet logró reemplazar.
Su propósito no es abandonar el Plan de Digitalización aprobado el año pasado, sino que diferentes expertos lo estudien para que -en función de sus conclusiones- se apliquen los cambios necesarios. La propia funcionaria reconoce que “la digitalización puede ser fantástica para los estudiantes, pero hay que usarla con sensatez”.
retroceso en la comprensión lectora con el avance de las pantallas.