Es católica y en su accionar político se le nota. Por Pablo Berarducci

Recientemente asumió (25/10/22) como presidente del Consejo de Ministros de Italia alguien que suscitó interés fuera de las fronteras de su país.

No fue por el hecho de ser la primera mujer que ocupa esa magistratura en Italia, cosa que hubiera sido lógica en los tiempos que corren; no, su notoriedad esta dada por su posición política, su arrojo por defender los principios que sostiene y por contrariar el discurso de lo políticamente correcto.

Giorgia Meloni, no es una recién llegada, su vocación por la cosa pública la encontró desde muy joven militando en el Fronte della Gioventù de la que prontamente paso a ser su líder. Fundó el movimiento Estudianti Gli Antenati, para ser luego la presidenta nacional de Azione Studentesca. En 1998, fue elegida concejal de Roma, en 2006 se convirtió en la vicepresidente más joven de la Cámara de Diputados de Italia y en 2008, fue nombrada ministra de Política Juvenil en el IV° gabinete de Berlusconi. Su acción política y periodística le permitió convertirse en la principal figura de la oposición y pasar a lidera la coalición que ganara las elecciones en 2022. En apretada síntesis su carrera política.

Seguramente los lectores de estas líneas habrán visto algunos de los videos, que profusamente circulan en las redes, de sus encendido discursos defendiendo sin ambages la familia natural, la Europa cristiana, los derechos económicos de las naciones y criticando con certeza al globalismo, la ideología de genero y a la burocracia de Bruselas. También habrán percibido la línea sibilina de los principales medios presentándola como la ultraderecha, neo fascista y racista. Críticas que no se quedaron en lo descriptivo, sino que avanzan al reclamar que el gobierno de Meloni debe ser fiscalizado cuidadosamente, desde dentro y desde fuera de Italia, pues es considerada una suerte de “enemiga del sistema”. Su lema “Dios, Patria y familia” es considerado una suerte de slogan del mal por quienes precisamente pretende construir una sociedad sin esos valores.

Sin lugar a dudas que las críticas de Giorgia hacia el sistema de prebendas de la clase de representantes que rápidamente se apartan de los intereses de sus representados han calado hondo. Preocupa a los que disfrutan de esas prebendas y entusiasma a quienes silenciosamente en Italia esperan justicia.

Giorgia no es separatista ha señalado con claridad que Italia forma parte de Occidente y de su sistema de alianzas, valora el rol de Italia como miembro fundador de la Unión Europea, de la Eurozona y de la Alianza Atlántica, miembro del G7, pero sobre todo recuerda que Italia junto a Grecia son la cuna de la civilización occidental y cristiana, y que fue precisamente el italiano San Benito el fundado de Europa con su red de mocatos. Reconoce además la fibra hispana, que a partir de la recuperación de Granada se incorpora a la Cristiandad y junto al italiano Cristóbal Colón inician la epopeya americana. Es claro que para Giorgia no es lo mismo el universalismo cristiano que el globalismo actual. Ha denunciado la mutación de Unión Europea en un círculo de élite, con accionistas de Serie A y accionistas de Serie B o, peor aún, como una sociedad anónima y dirigida por un consejo de administración, con la única tarea de llevar las cuentas en orden. Para Giorgia “la Unión Europea es la casa común de los pueblos de Europa y no la sede de burócratas”.

Su política de desarrollo pone en el centro a la familia, los esfuerzos por obtener energía y no ceder a los chantajes de Putín, su preocupación por recuperar la producción local y dar empuje al desarrollo de las regiones proteger los puestos de trabajos para italianos y no para hombres jóvenes, mayoritariamente musulmanes, que ingresan “disfrazados” de refugiados, todo ello se ordena a dotar a las familias de los bienes necesarios para su desarrollo.

Su mirada respecto de los migrantes es estratégica “debemos remover las causas que llevan a los migrantes, especialmente a los más jóvenes, a abandonar su tierra. sus raíces culturales y su familia para buscar una vida mejor en Europa. El próximo 27 de octubre se cumplirán sesenta años de la muerte de Enrico Mattei, un gran italiano que fue uno de los artífices de la reconstrucción de la posguerra, capaz de celebrar acuerdos de mutua conveniencia con naciones de todo el mundo. Aquí, creo que Italia debe promover un «plan Mattei» para África, un modelo virtuoso de colaboración y crecimiento entre la Unión Europea y las naciones africanas, también para contrarrestar la preocupante expansión del radicalismo islamista, especialmente en la zona subsahariana. Y por eso nos gustaría recuperar por fin, después de años de retroceso, el papel estratégico que tiene Italia en el Mediterráneo”

Pretende la recuperación del rol educador de la familia, al lado de la escuela y la universidad, pero como la más importante de todas, y obviamente “la familia, núcleo primario de nuestras sociedades, cuna de afectos y lugar donde se forma la identidad de cada uno de nosotros; pretendemos apoyarlo y protegerlo y, con ello, apoyar la tasa de natalidad”

Anuncio que el lema de su gobierno será: «no molestar a los que quieren hacer». Sobre todo, reglas claras y certeras, respuestas rápidas y transparentes. Simplificar estructuras para dinamizar la economía, el crecimiento y las inversiones. Menos normas, más claras para todos y una nueva relación entre ciudadano y administración pública, para que el ciudadano no se sienta débil ante un Estado tirano que no escucha sus necesidades y frustra sus expectativas.

En su propuesta aparecen con claridad aquellos principios prístinos de la moral social cristiana: subsidiariedad, solidaridad, desarrollo humano integral. Incluso se detiene a expresar su adhesión a la protección de la casa común, entendiendo que “defender el patrimonio natural compromete a proteger el patrimonio de cultura, tradiciones y espiritualidad, que heredamos para trasmitirlo a los hijos”. Para Giorgia “No hay ecologista más convencido que un conservador; pero lo que nos distingue de un cierto ecologismo ideológico es que queremos defender la naturaleza con el hombre dentro, conjugando la sostenibilidad ambiental, económica y social”.

Observaremos con atención y entusiasmo su gestión, albergamos la esperanza que la nueva Jefa de Ministros Italiana haga realidad aquella moción de Pio XII “ya hemos intentado todo, intentemos alguna vez la verdad”

Es Giorgia, es mujer, es madre, es política, es católica … y se le nota.