Mons. Munilla basa sus explicaciones en el documento de la Conferencia Episcopal Española (CEE) titulado “La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar” publicado en 2012.
El Prelado reconoce que, pese a ser un documento pionero entre las conferencias episcopales del mundo, no ha sido muy difundido incluso “entre el estamento clerical”.
“La Iglesia Católica no es la que mejor comunica, pero es la que comunica lo mejor”, reconoce Mons. Munilla, que añade: “Tenemos que hacer una autocrítica porque no conseguimos muchas veces popularizar nuestro mensaje”.
1. Rediseñar la antropología
La ideología de género es “una metástasis del marxismo en el que confluyen desgraciadamente marxismo y liberalismo”, denuncia Mons. Munilla y que “pretende rediseñar la antropología”.
A juicio del Prelado, pese a que las tentaciones para distorsionar el amor siempre han existido, “el embate de la llamada ideología de género es un salto cualitativo” ya que pretende “teorizar para desdibujar completamente la vocación para la que fuimos creados” que es “la entrega en el amor”.
En este sentido, pone el ejemplo de cómo la multinacional del aborto Planned Parenthood instruye en su sitio web sobre ideología de género porque “quiere rediseñar la antropología al servicio de su proyecto de muerte”.
2. Amor y verdad
El Obispo de Orihuela-Alicante subraya que la contraposición entre verdad y amor propugnada por la ideología de género “es una de las herejías de nuestro tiempo”.
“El amor no únicamente tiene que ser auténtico, es que tiene que ser verdadero”, explica, pues “no basta la autenticidad en el sentido de que yo sea sincero con mis sentimientos, sino que hay que ver si responden a una verdad o no”.
Mons. Munilla advierte de que “cuando rompes ese yugo indisoluble de verdad y amor no es que te quedes sin la verdad, es que también te quedas sin el amor”. Esto sucede “porque, los dos, o están unidos o son falsos. Una verdad sin amor no es verdadera y un amor sin verdad es puro emotivismo”, explica el Prelado.
3. Amor y procreación
Parafraseando a Descartes, Mons. Munlla afirma: “Soy amado, luego existo” porque “el Amor es el que me ha dado la vida”.
En este sentido y entrando de lleno en el debate bioético sobre la generación de vida humana, el Prelado expone que “Dios ha querido que para que vengamos a este mundo no vengamos en una clínica, en una probeta” donde “somos fabricados”. “Ha querido que el hombre venga al mundo desde un acto de amor de sus padres”.
3. Sexualidad
El Obispo de Orihuela-Alicante explica que la Iglesia utiliza tres criterios para hacer un discernimiento sobre la moralidad en lo referente a la sexualidad.
El primero, es que “Dios ha querido la sexualidad para que sea configurante de mi personalidad”, de tal forma que es un modo de ser que afecta a las cuatro dimensiones de la persona: biológica, psicológica, sociológica y espiritual.
En segundo lugar, “Dios ha creado la sexualidad como un vehículo de expresión de amor como una manera de decir con el cuerpo lo que mi alma expresa”. En consecuencia, trasciende la mera dimensión física.
En tercer lugar, está el criterio de la sexualidad abierta la transmisión de la vida, por el que “Dios, el creador de la vida, puede hacer que ese acto de amor sea fecundo”.
Mons. Munilla denuncia que “la ideología de género se ha cargado las tres”, eliminando el componente integrador de la sexualidad, reduciéndolo como expresión y limitando su potencialidad procreadora.
4. Batalla del lenguaje
Mons. Munilla expone que “detrás de la ideología de género hay una batalla del lenguaje”, que se expresa en algunos conceptos clave, entre ellos.
Así, la palabra matrimonio fue utilizada por la ideología de género “únicamente para introducir el ‘matrimonio igualitario’ gay”, pero fuera de eso, se habla de “parejas”. En definitiva, “la palabra matrimonio interesó para confundirla”.
Por otro lado, se ha sustituido la procreación por la reproducción. Mons. Munilla aclara que la reproducción es propia de los animales, pero no de los seres humanos.
“La palabra procreación hace referencia a la Creación. El hombre es creado por Dios. Cada vez que el ser humano es engendrado, Dios infunde el alma humana allí donde el cuerpo humano está siendo engendrado por la unión del espermatozoide y el óvulo”, detalla.
Otro concepto tergiversado por la ideología de género es el de familia, que suele hablar de “familias”, de tal manera que “parece que estamos siendo más pluralistas, más abiertos”, ironiza el Prelado, cuando “lo que estamos pretendiendo es sencillamente manipular lo más sagrado que existe”.
Mons. Munilla también apunta otro concepto menos específico de la ideología de género, pero que también forma parte de la batalla del lenguaje. Se trata de la sustitución del “bien común” por el llamado “interés general”.
El Obispo de Orihuela-Alicante subraya en este sentido que “el bien común es que lo que es bueno para todos” porque “hay un bien objetivo que tiene que ser bueno para todo el mundo, porque la verdad no puede ser mala para nadie”. Sin embargo, añade el Prelado, “como no queremos la verdad, hablamos de interés general”.
5. Del relativismo a la dictadura del relativismo
Para Mons. Munilla, una de las claves de la difusión de la ideología de género es la “clara intromisión de las autoridades públicas que se han puesto al servicio de ella”. Este proceso es considerado por el Prelado como un cambio cualitativo que ha consistido en “el salto del relativismo a la dictadura del relativismo”.
El Obispo de Orihuela-Alicante denuncia a este respecto que “hay un pensamiento que ahora se impone a todo el mundo” que conlleva incluso “fuertes multas” y que pretende que tal ideología sea considerada como obligatoria.
“Esta crisis no podría estar llegando a donde está llegando sin una complicidad muy grave de las de las instituciones públicas”, subraya el Prelado.
6. Secularización
Sin embargo, el avance de la ideología de género no es sólo cuestión de las instituciones públicas. La secularización de las sociedades occidentales ha permitido “un vacío que este tipo de ideologías pasan fácilmente a ocuparlo”.
“Difícilmente la ideología de género hubiese cogido tanto espacio en tan poco tiempo si no hubiese encontrado una sociedad secularizada”, lamenta el Prelado porque “el hombre secularizado, desvinculado, desenraizado es mucho más fácilmente manipulable”.
Mons. Munilla enfatiza que “sería imposible que esta crisis de pensamiento hubiese ocurrido si no hubiese sido por la progresiva secularización de una sociedad que se ha encontrado sin defensas” ante lo que considera “un montón de barbaridades” derivadas de la ideología de género.
7. Intrusismo educativo
Mons. Munilla advierte de que la imposición de la ideología de género tiene una expresión especialmente relevante en el plano educativo donde se produce “un intrusismo tremendo en el que se está violentando el derecho de los padres sobre la educación de sus hijos”.
8. Falta de movilización social
Pese a configurarse como una amenaza tan evidente, el Obispo de Orihuela-Alicante denuncia que “uno de nuestros dramas es la poca resistencia social” de tal forma que las acciones basadas en la ideología de género “van poco poco a poco sucediendo” mientras que “vamos tragando, tragando y tragando”.
“La ideología de género no es una tendencia social espontánea no está siendo muy artificialmente generada”, añade sobre esta cuestión.
A su juicio, “debe existir entre nosotros más movilización porque llega un momento en que para movilizarnos no sé qué tiene que pasar. Ya nos tragamos todo. Parece que nuestra capacidad de resistencia ya es muy limitada”.
9. Iglesia, denuncia y anuncio
Sobre el papel de la Iglesia respecto de la ideología de género, Mons Munilla asegura que no se puede limitar a denunciar, “hay que hacerlo”, sino que además hay que “ser profético”.
En concreto, el Prelado reconoce que “debiéramos de ser más valientes” sin olvidar que “nuestra palabra tiene que ir acompañada de mostrar el verdadero rostro del amor”.
Por último, el Obispo de Orihuela-Alicante considera que la Iglesia debe “pedir a los gobernantes que no se sometan a grupos de presión internacionales”. A este respecto, puntualiza además que “también la derecha en gran medida en Europa se somete” a esas presiones.