Los Juegos Olímpicos París 2024 van llegando a su fin y la perspectiva de nuevas medallas son pocas para los argentinos.
Sin embargo, la lograda por José "Maligno" Torres tiene una carga simbólica significativa por la foto de premiación final, con nuestra enseña patria por sobre la de Inglaterra y la de Francia, naciones colonialistas históricamente y enemistadas por lo mismo con nosotros, no sólo por los combates y guerras concretas que libramos sino por sobretodo por el mensaje diferente del que somos portadores.
Empecemos por la "Pérfida Albión ". Su gran mensaje político a la humanidad es el liberalismo , consagrado en lo que ellos denominaron "Revolución Gloriosa" de 1688, que depuso al Rey Jacobo II Estuardo y llevó al trono a su hija María II y a su esposo Guillermo III de Orange. La revolución fue propiciada por los nobles parlamentarios que no veían con buenos ojos los intentos absolutistas de su rey y su intención de restaurar el catolicismo en las islas británicas.
Ellos financiaron a las tropas holandesas que Guillermo hizo desembarcar para derrotar a Jacobo. A cambio de colocarlo en el trono Guillermo debía aceptar grandes limitaciones a su poder transformando la monarquía absolutista en una de tipo parlamentario.
El Parlamento aprobó el "Acta de Tolerancia" que garantizaba tolerancia a los protestantes no anglicanos pero era intolerante con los católicos y la "Declaración de Derechos" que le quitó al rey la facultad de suspender leyes, crear impuestos o mantener un ejército sin el permiso del Parlamento para proteger al ciudadano de posibles abusos reales.
El liberalismo ensalza la libertad humana convirtiéndola en absoluta y verdadero fin del hombre. El hombre es el legislador supremo e ilimitado y debe relegar la fe a su vida privada.
A través de Inglaterra llegó a Norteamérica donde Estados Unidos lo impuso a casi todo el orbe. Francia es la radicalización cruenta del liberalismo . En la Revolución de 1789 no habrá transición a una monarquía parlamentaria sino guillotina por doquier.
Son tantas las víctimas que la demografía francesa se estancará por décadas. El genocidio de La Vendée es una de las páginas más escalofriantes de la humanidad. Libertad, igualdad y fraternidad suena a gastado y vacío en la voz de los galos.
La insolente ceremonia inaugural de los Juegos, la dieta insuficiente por falta de carnes para los deportistas, las camas incómodas que les impedían descansar adecuadamente, la ausencia de refrigeración, las reglas poco claras en la separación de los sexos para competir en igualdad de condiciones, un errado culto al ambiente que se vuelve en contra del hombre, etc., todo motivó el rechazo de la agenda woke francesa por parte del resto de los países.
Argentina , como hijo más grande, es la heredera de la rivalidad española con las otras dos potencias. Porta en sí la inmortal herencia romana e hispana con el cristianismo como mensaje vivo y perenne. De sus entrañas salió el primer Papa americano y aglutina la simpatía de países como Bangladesh , India o Pakistán que festejan en sus calles cada vez que nuestra selección de fútbol derrota a los europeos.
Ellos que sufrieron la crueldad inglesa, que saben que los rechazamos tres veces y que los enfrentamos con fiereza en cinco , disfrutan que un pueblo mestizo y del tercer mundo derrote a los poderosos.
Rosas, Mansilla y los criollos anónimos que lucharon como leones para rechazar a británicos y francos - que se fueron humillados y obligados a desagraviar al pabellón nacional - seguramente sonrieron al ver la celeste y blanca por sobre las banderas de las arrogantes potencias europeas.
Y porque el patriotismo es una virtud que el cristianismo tiene en gran estima es que la decisión del ex capitán de la selección de hockey, Gonzalo Peillat , de jugar para Alemania y gritarnos un gol en la cara concitó un rechazo casi unánime.
Y aunque la dorada de Torres (que dicho sea de paso nació en la hermana ciudad de Santa Cruz de la Sierra) se dió en un deporte individual, el fútbol y los deportes colectivos nos representan bien, porque permiten jugar con los amigos, hermanarse al defender una divisa, llevar a una cancha una idiosincracia natural de manos y corazón abiertos.
Sepa el pueblo argentino llevar el mensaje cristiano a todos los rincones del orbe.