“En la vejez no me abandones” (cf. Sal 71,9)

Bajo éste lema se celebrará, como cada año, la jornada mundial de los abuelos y adultos mayores, éste Domingo 28 de Julio. Como cada año, el Papa Francisco quiere resaltar y revalorizar la figura de los ancianos en la sociedad y promover la lucha contra la cultura del descarte.

Con este objetivo se intenta concientizar sobre la importancia que tienen los mayores en la vida de la Iglesia pero también de la sociedad toda, fomentando el compromiso de toda la sociedad en la construcción de vínculos intergeneracionales y en la lucha contra la soledad, que hoy sufren, no sólo los ancianos, sino también niños, adolescentes y adultos, en un mundo que mantiene al hombre ocupado y distraído del otro. Cuidar de los ancianos es una responsabilidad ética y moral. Es devolverles lo que nos han dado durante su vida, renunciando muchas veces a sus sueños y deseos para servir a hijos y nietos.
Los padres tienen la tarea de fomentar en el seno de las familias el respeto y apoyo a los mayores, validando sus emociones, escuchando sus historias, mostrando interés por su salud y sus necesidades. Visitarlos o llamarlos si están lejos les trae alegría y llena su día a día. Pensando que lo que sembremos en nuestros hijos hoy, será lo que cosechemos en nuestra propia ancianidad.
Todas las personas tienen derecho a ser cuidadas en momentos de vulnerabilidad, pero cuando hablamos de los abuelos no debemos olvidar que ellos han aportado mucho a la sociedad y cuidarlos es un modo de reconocer lo que han dado. Como un modo de reconocimiento y gratitud.
No debemos perder de vista a sus necesidades físicas, psíquicas y espirituales para que sus últimos años sean prósperos y felices. En sus años dorados pueden seguir aportando a la sociedad de muchas maneras y así mantener una calidad de vida acorde a sus situación. Hoy la sociedad ofrece muchas opciones para que sigan desplegando sus dones y capacidades.
Es cierto que, en muchos casos necesitan cuidados específicos que las familias no pueden brindar y se hace necesario ingresarlos en centros especializados donde recibir esos cuidados. Para los hijos está decisión suele ser dolorosa, pero aquí lo importante es pensar en el bien mayor para el anciano, con la certeza que no se lo está abandonando sino por el contrario ofrecer la posibilidad de ofrecerle mejores cuidados. Explicándole la situación y permitiendo, siempre que se pueda, que participe en la elección del centro de internación.
Los vínculos intergeneracionales aportan una riqueza invaluable a las familias, los jóvenes aprenden de los mayores y son fuente de vida y alegría para los mayores. Los mayores son el resguardo de virtudes y valores que en muchos ámbitos de nuestra sociedad se han perdido y ellos pueden transmitir a los jóvenes.

Para celebrar este día les dejo algunas ideas para agasajar a quienes tanto han dado a la familia:

Regalarles un album de recuerdos familiares
Comida familiar, cocinando sus platos y postres favoritos.
Tarde de juegos, donde los más jóvenes enseñen juegos actuales y los abuelos propongan juegos de su infancia.
Taller de manualidades donde juntos puedan crear algo, puede ser carpintería, costura, tejido, etc.
Invitarlos a una tarde de spa, especialmente a las mujeres que tanto gustan de estos mimos.
Escribirles una carta de agradecimiento o grabarles un video.
Escribirles una canción.
Escribir un cuento minibiografía de cada uno.
Organizar una búsqueda del tesoro donde las pistas tengan que ver con su historia, lugares, espacios de la casa, etc.

Seguramente a ustedes se les ocurrirán muchas y más creativas ideas para agasajarlos, lo importante es que ese día sientan el amor de su familia y guarden este recuerdo en su corazón los años que les queden por delante.
Feliz día abuelos y gracias por el don de la vida!