El 8/6/1987 el Congreso Nacional a instancias del decidido apoyo del presidente Alfonsín y con el apoyo de algunos peronistas que se decían católicos practicantes como Antonio Cafiero, aprobaba una de las leyes más nocivas y disolventes de la historia argentina, la ley N°23515 de Divorcio Vincular.
Si bien el deterioro social argentino había comenzado varias décadas atrás, la ley abría la puerta a la disolución total del vínculo legal, multiplicando exponencialmente el número de familias que se rompían, con la consecuente carga de dolor y soledad para sus miembros.
Atrás quedaban la lucha por cambiar y el saber perdonar. Se instalaba un nuevo paradigma social basado en el "derecho" a rehacer la propia vida y a hijos que debían adaptarse a convivir con las nuevas parejas de los padres. El modelo se internalizó tanto en esos chicos de los '80 y los '90 que no supieron lo que era una familia tradicional y no pudieron armar las suyas sin graves riesgos de repetir el doloroso fracaso de sus padres.
Finalmente fueron optando por no casarse, por la mera convivencia muchas veces hecha "para probar" que tal les podía ir. La ley prometía regular muchas situaciones que de hecho ya existían, pero sólo logró debilitar a la célula básica de la sociedad y consecuentemente a la sociedad toda que creyó normal separarse a la menor dificultad. Recordemos que para la antropología católica la naturaleza humana está herida por el pecado original, por lo tanto, la unión de esas dos naturalezas heridas recibe una gracia especial para poder cumplir su misión, que es el matrimonio cristiano.
Si bien la ley N°23515 establecía una errónea política familiar, como una contradicción en su propio seno, establecía mínimamente dos audiencias de conciliación, reconociendo así implícitamente cual era el verdadero bien jurídico que debía protegerse. La reforma del Código Civil del año 2014 propugnada por Cristina Kirchnner arrasó con todo resabio de los antiguos deberes de los cónyuges: fidelidad, asistencia mutua, convivencia, etc y con la necesidad de buscar una causa. El divorcio unilateral o también conocido popularmente como "divorcio expréss" sólo necesita informar a la otra parte. Tal es el estado de indefensión jurídica del matrimonio y la familia actualmente en la República Argentina.
Como la ley refleja el estado de conciencia de una sociedad, el remedio para fortalecer las familias y la sociedad toda es volver a las enseñanzas de un nazareno que hace más de 2000 años sentenció que ¨"el hombre no separe lo que Dios ha unido".