Por Federico Galligani / INFOBAE
Además, la titular del Partido Demócrata de la provincia de Buenos Aires, uno de los principales espacios que integran el frente La Libertad Avanza, aseguró que con el economista tiene “una actitud de acuerdo, nada más lejano de lo que está sucediendo en el actual gobierno” y pidió “que algún día haya una comisión de la verdad, como lo fue la CONADEP, para investigar los crímenes” de las organizaciones guerrilleras de la década del ‘70.
A continuación, los principales tramos de la entrevista:
-¿Cómo tomó la noticia de que va a acompañar a Milei en la fórmula?
-Bueno, como un gran honor que tengo frente al pueblo argentino de representarlos en la precandidatura, pero además con mucha gratitud a Javier, que fue el que me dio la oportunidad de dar a conocer mi trabajo, las ideas que defiendo y, además, invitarme con él a realmente cambiar la Argentina.
-Me gustaría comenzar conociendo un poco más de su vida, ¿quién era su padre?
-Bueno, mi papá era el teniente coronel Eduardo Villarruel, era veterano de Malvinas, integró como segundo jefe la compañía de comandos 602, está ahí, en la foto (señala un cuadro en la estantería de su despacho), con su compañía, justo antes de salir para Malvinas, y es una compañía heroica, porque en la guerra tuvo la mayor cantidad de caídos. Era una compañía de profesionales, es decir, integrada por oficiales y suboficiales, y para mí es un inmenso orgullo ser hija de un veterano de Malvinas, así que, bueno, ese era mi papá. Falleció hace casi dos años, en esta semana se cumplen dos años y bueno, espero que esté orgulloso de su hija.
-¿Cómo fue crecer en ese ambiente? En muchos casos la familia de los militares tiene que mudarse seguido, ¿fue su caso?
-Nosotros nos mudamos poco. Viví en Chubut, en la Patagonia, en la frontera casi con Chile, así que amo la Patagonia, amo la estepa patagónica y tengo un profundo cariño por todo lo que es el sur de nuestro país. Por eso estoy siempre tan interesada con la causa mapuche y con todo lo que tiene que ver con lo limítrofe y el desarrollo de las energías, del petróleo, de la minería, es un una parte importantísima del país que ha sido olvidada durante muchos años y bueno, ese fue el único destino en el que estuvimos. Tengo mucha admiración por todos los que portan un uniforme y defienden a la Patria y, de alguna manera, encarnan los valores de San Martín.
Victoria Villarruel y la historia de su padre
-¿Cómo vivió su infancia?
-Con el tema del terrorismo, yo era muy chiquita o no había nacido, pero nosotros vivimos lo que ocurrió en la década del ‘70 y eso nos marcó a fuego como familia, pero fue una infancia feliz, fue una infancia donde se me enseñaron los valores patrióticos, donde me divertí mucho, donde fui a ver a Carlitos Balá, así que la verdad que fue una infancia feliz y es la que me forjó para para tener este amor a la patria y tener este amor por la Argentina que hace que que hoy con Javier Milei hagamos todos los esfuerzos necesarios para que la situación de la Argentina se recomponga, para que sea grande otra vez.
-¿Qué sintió cuando a su padre lo enviaron a Malvinas?
-Tenía siete años, así que me acuerdo poco. Lo único que me acuerdo es que en el colegio todos estaban rezando por el papá de Victoria que estaba en Malvinas y siento profundo orgullo, pero en el momento también me quedó una imagen de ellos volviendo de noche. Mi papá fue de la última camada en regresar de las islas y volvió de noche, nosotros no sabíamos si estaba vivo o muerto y me quedó eso: gente volviendo a escondidas de la epopeya más importante que tuvo el pueblo argentino en el siglo 20, así que soy una profunda defensora de la malvinización, del recuerdo a nuestros héroes del reconocimiento de sus derechos y del eterno homenaje y gratitud a ellos.
-Pasan los años y se sigue hablando de lo que ocurrió en el país en la década del ‘70, se siguen publicando libros y películas al respecto, ¿es una herida que todavía no está cerrada?
-Sí, es que lo que sucedió en la década del ‘70 nos lastimó a todos los argentinos y hasta ahora ha tenido un tratamiento parcial, sesgado, un tratamiento en el cual hay solo una porción de la población que está como habilitada o que tiene derecho a contar lo que vivió y al sufrimiento, a contar su dolor, el resto de la población, entre los que están civiles no combatientes, argentinos, extranjeros, católicos, judíos, ricos, pobres, de izquierda, de derecha, toda esa gente quedó eliminada de la historia y a mí eso siempre me conmovió, más allá de que mi familia fue víctima del terrorismo, pero afortunadamente sin que nadie fuera asesinado, porque ser víctima del terrorismo no es solamente que te asesinen, es el herido, el secuestrado, el torturado, al que le volaron su casa con una bomba, etcétera. Más allá de eso, siempre me interesó que haya justicia, verdad y reparación para estas víctimas, pero, de nuevo, que haya derechos humanos para ellos. Luego, cada víctima ejerce el que quiere, o sea, nadie obliga a quién quiere un derecho y no otro, pero sí el Estado debe garantizarlos, eso no es lo que pasó y esto ha generado un rincón de impunidad que hasta el día de hoy desgraciadamente persiste
-¿Por qué decidió crear la Asociación Civil Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas?
-Porque me parecía que estas víctimas no habían sido reconocidas, no tenían derecho a la memoria y no se conocía nada de sus historias. Por esa razón creé la asociación, para representar a estas personas tanto en la Argentina como en el exterior y darles voz. Me interesó siempre visibilizarlas, que se las conociera. Si hoy yo te preguntara “dame tres nombres de víctimas del terrorismo”, no lo podrías hacer porque esto ha quedado olvidado, se las barrió debajo de la alfombra de la historia y necesitamos recuperar toda la historia para darle un respetuoso silencio y empezar a vivir en nuestro presente y en nuestro futuro. “Quien maneja el presente, maneja el pasado y quien maneja el pasado, controla el futuro”, eso lo dice George Orwell en “1984″ y es tal cual. Nuestro pasado está predeterminando nuestro futuro.
Victoria Villarruel habló sobre las organizaciones guerrilleras de los '70
-¿Qué trabajo llevan adelante en el centro?
-Bueno, hicimos el conteo de las víctimas, que fue como nuestra pequeña CONADEP, donde contabilizamos quiénes eran las víctimas, cómo se llamaban, en qué día habían sido agredidas, de qué tipo de daño, si había información, quiénes fueron los agresores, etcétera. Para ello se utilizó prensa escrita, principalmente, relevamos 16.000 ediciones de diarios desde el año ‘69 al ‘79, donde rastrillamos buscando, según el estándar internacional de quién es víctima del terrorismo, quiénes cumplían con esa categoría, y a su vez eso se complementó con los libros de época escritos principalmente por terroristas. Toda esa información se depuró, se revisó y eso arrojó una cifra preliminar, porque vos pensá que no tuvimos información estatal. Dio 17.380 víctimas, de las cuales 1.094 fueron asesinadas, 2.368 fueron heridas, hubo 4.380 bombas, 756 secuestros, etcétera. A esto hay que complementarlo con información que solo el Estado tiene, por ejemplo, en lo que fue la Secretaría de Inteligencia o el Poder Judicial y demás. Nosotros esperamos que algún día haya una comisión de la verdad, como fue la CONADEP, para investigar estos crímenes.
-¿Por qué decidió meterse ahora en la política?
-Porque estuve 15 años luchando para que el Estado escuche a estos inocentes, les dé el reconocimiento de sus derechos y se escuche la voz de un montón de ciudadanos que piensan distinto a lo que ocurre. Incluso acá, en la Cámara de Diputados, somos 257 diputados y la mayoría de las veces los únicos dos o tres diputados que estamos oponiéndonos a leyes que no van a mejorar la vida de los argentinos somos Javier Milei, Carolina Píparo y yo, o sea, somos una minoría muy pequeñita de diputados defendiendo valores que no se ven representados en los proyectos que llegan al recinto.
-¿Se acuerda cuándo fue la primera vez que tomó conocimiento de la existencia de Javier Milei?
-¡Uy, hace un montón de años! Tengo que ponerme a rememorar, porque somos todos tuiteros. Bueno, nos conocíamos ahí, teníamos algún que otro intercambio o participamos en la apoyatura de alguna cuestión, con el tuitero amigo, en el caso de Javier y mío, en el año 2018, con la lucha contra el aborto y en defensa del derecho a la vida. Muchos que somos defensores de la vida nos acercamos y uno fue Javier, así que nosotros siempre hemos estado en las polémicas juntos.
-¿Qué pensó la primera vez que que lo vio en persona?
-¡Ah, me impresionó el pelo, como a todo el mundo (se ríe)! Dije “por qué tenés esa peluca”. Además hace así (levanta los dedos pulgares y frunce el labio, gesto típico del líder libertario), entonces eso me pareció siempre graciosísimo y se lo re banco. La gente no sé por qué se calienta, es su sello y es peculiar, pero es una persona que, además, me impresionó mucho lo respetuoso que era en la vida privada: es un hombre que a la mujer le acerca la silla, le abre la puerta, le acerca el café, o sea, es una persona sumamente caballerosa con las mujeres y, bueno, nos hicimos amigos. Hemos hablado y tratamos de acrecentar, no solo la relación política, sino el lazo que nos une para todo lo que tenemos que enfrentar juntos, que eso creo que es lo más importante.
La relación entre Victoria Villarruel y Javier Milei
-¿Hay un fenómeno Javier Milei que está calando en la sociedad?
-Para mí es el fenómeno político más importante de los últimos 25 años, porque logró varias cosas, pero te voy a resaltar las dos principales: primero, cambió la discusión política, no solo para la oposición, sino también para el oficialismo. Hoy las cuestiones económicas se están dirimiendo con el discurso de Javier Milei, en realidad están todos a la defensiva o reaccionando. Segunda cuestión, trajo a los jóvenes, los trajo a este redil, los trajo al conocimiento de la derecha, del liberalismo, del libertarianismo, del conservadurismo. Eran patrimonio de la izquierda, una izquierda que tiene un discurso antiguo y que hoy no plantea ninguna revolución intelectual ni cambio alguno.
-¿Qué piensa cuando lo acusan de nazi o les dicen a ustedes totalitarios?
-Me parece ofensivo. Me parece un recurso semántico, por supuesto, pero ofensivo. Me parece bajo. Hará dos o tres días, una legisladora de la Ciudad de Buenos Aires, que no recuerdo el nombre, perteneciente al ARI, nos dijo nazis por cuestionar un proyecto que se trató en la Legislatura. A mí me parece que eso es una banalización de lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y ese tipo de insultos, en realidad, hablan más de quien los dice tan livianamente que de nosotros. ¿Y totalitarios? Si estamos dentro del sistema democrático, nos estamos presentando con las reglas que la clase política instaló todas estas décadas y parte de los resultados que están habiendo en las provincias es por este juego que han hecho de desdoblar las elecciones, casualmente, para seguir perpetuándose en el poder eternamente y no cambiar absolutamente nada. Así que nosotros estamos con las reglas de ellos, pero haciendo realmente una revolución intelectual.
-¿Se siente libertaria?
-En algunas cosas me siento libertaria, por supuesto, pero lo que más me siento es Argentina. Lo he dicho muchas veces, pero para mí la única categoría que me interesa es la de la profunda argentinidad que tengo. Estoy orgullosa de haber nacido acá, soy una argentina que, aunque el país esté siendo destrozado desde hace décadas, no voy a dejar de agradecer por haber nacido acá.
-En una reciente entrevista usted dijo que hay cosas con las que no concuerda con Javier Milei, que a su vez se define como alguien de ideas inflexibles. ¿Cómo cree que se van a resolver las diferencias con él si llegan a ser gobierno?
-Bueno, nosotros no siempre estamos de acuerdo, pero conversamos y llegamos a un punto en el cual el que tiene en ese momento el argumento más fuerte es el que el que logra convencer al otro. Tenemos una actitud de acuerdo, nada más lejano de lo que está sucediendo en el actual gobierno, donde la vice y el presidente no pueden ni reunirse porque no se pueden ni ver. Nosotros podemos estar horas conversando de proyectos de ley, de las medidas que queremos tomar, de temas controversiales que se han tratado en varias entrevistas o de la vida. Javier en eso es mucho más abierto de lo que puede ver la sociedad, pero la verdad es que nosotros en eso tratamos de acordar. Podemos tener nuestros matices, sí, por supuesto, no hay una persona que piensa igual a la otra y tampoco queremos eso, ni él me eligió por eso ni yo lo elegía a él por eso, porque acá nos elegimos los dos y llegamos a un acuerdo, no es tan difícil. Me parece que la sociedad argentina tiene una grieta que se ha acentuado en los últimos 20 años a un nivel en el cual estás en un país o estás en otro, estás en una vereda o en la otra, y en el medio no hay absolutamente ningún conector. Bueno, nosotros queremos que el pueblo argentino algún día logre hermanarse, pero lo haga sobre valores que son los que hicieron grandes a este país, no sobre la corrupción, la impunidad, el gran negocio de la clase política.
-Usted planteó reformar las leyes de Seguridad y Defensa, ¿cómo sería específicamente ese cambio?
-Mirá, hay que reformarlas en primer término porque son leyes de la década del ‘90. Entonces, son leyes que han quedado para una visión de la seguridad o de la defensa que ya es antigua o que ya ha quedado superada por los hechos. En el caso puntual del narcotráfico en Rosario, vamos a algo bien concreto, el Estado tiene que llamar al Comité de Crisis de la Ley de Seguridad Interior y no lo ha hecho. Entonces, es difícil encarar el tema de la seguridad cuando no llamas al Comité de Crisis adecuado para ese tipo de problemática. Después, hay una dilapidación de recursos. Imagínate que vos estás formando gendarmes, prefectos o a la Policía Aeroportuaria y los sacas de sus ámbitos para desarrollar una actividad para la que no fueron formados ni adiestrados, dilapidando la formación y los recursos que vos les diste como Estado y como sociedad estamos sosteniendo eso. Entonces, me parece que, por ejemplo, que un gendarme, en vez de estar custodiando nuestras fronteras, estén en una villa, o que el prefecto esté dirigiendo el tránsito en alguna zona caliente del conurbano en vez de estar custodiando nuestras costas, los ríos, etcétera... bueno, es un gasto que no podemos permitirnos como país. Hay que hacer una reformulación para recuperar la función que tenía cada fuerza.
-Recién me hablaba de la Patagonia, ¿cómo se soluciona el conflicto con los mapuches?
-Eso tiene mucho que ver con que no se respeta la ley y no se la hace respetar. Las leyes están escritas. El problema mapuche es una cuestión que afecta no sólo el derecho de propiedad privada de aquellos argentinos o extranjeros que tienen tierras allá, sino también es un problema que afecta a la integridad territorial de nuestro país, afecta a nuestra soberanía. Son los autodenominados mapuches, porque hay gente que se cree que porque se pone una vincha con plumas es un mapuche, es una simplificación espantosa, pero es la realidad, hay gente que se disfraza y se considera mapuche, se autopercibe, de alguna manera, ya que estamos en la moda de autopercibirnos como queremos. Estas personas están reclamando la creación de una nación mapuche dentro del territorio argentino y chileno. Recordemos que los mapuches no son originarios de Argentina, pero independientemente de eso, están reclamando porciones de provincias como Chubut, Río Negro, Neuquén, Mendoza, el sur de la provincia de Buenos Aires, y eso nos lleva más de un tercio de nuestro país en un grupo totalmente artificial. No hay ninguna discriminación para absolutamente nadie, ahora, yo siento además que hay una hipocresía por parte de quienes sostienen este tipo de causas cuando, por ejemplo, si vos sos mapuche estás habilitado a usurpar tierras, incendiar bosques nativos, lastimar o causarle daños concretos a ciudadanos civiles y, por el otro lado, toleras que en el norte haya Quoms que estén con desnutrición, no tengan agua potable, no tengan su DNI. El discurso de la izquierda y del Gobierno en estas materias tiene un doble estándar y esto no puede continuar de esta forma. Nosotros queremos simplemente que se respete la ley.
-En caso de ser gobierno, ¿impulsar la derogación de la Ley del Aborto?
-Mirá, yo soy una profunda defensora de la vida, creo que es una ley que que ha sido nefasta para la República Argentina. Yo, si estuviera en mis posibilidades, sí, por supuesto, creo que debe ser derogada. Pero eso es una una cuestión que la vamos a acordar con Javier, con el espacio, y que vamos a hacer un trabajo también de difusión frente a la sociedad. Aquí hubo un lobby impulsado también desde el exterior, el aborto es un gran negocio y hay un lobby que impulsó esta cuestión. Bueno, nosotros lo debatiremos y, por supuesto, se le va a informar a la sociedad, como corresponde, que es lo que no hacen las administraciones que nos precedieron.
-¿Cómo calificaría la gestión de Alberto Fernández?
-Como uno de los peores gobiernos de los que yo tenga conocimiento. Me parece una administración vaciada de todo contenido, un presidente que no encuentra su rol desde el primer día, cuya principal enemiga es la vicepresidente de la Nación. Entonces, la verdad, me parece la mejor muestra de la grieta que el kirchnerismo creó, fomentó y que hoy se los está comiendo a ellos.
-¿Está bien que el Estado tenga, por ejemplo, un ministerio de la Mujer o políticas para luchar contra la violencia de género?
-La violencia no tiene género. La violencia es contra la mujer, contra los niños, contra los ancianos, contra los hombres. La violencia no tiene género, es una cuestión ideológica la cuestión puntual de las políticas de género, “la violencia de género”. Ahora, ¿eso significa que nosotros estamos de acuerdo con que haya violencia o con que se cometan delitos? No, de ninguna manera, pero el sistema penal estipula que, de nuevo, el que comete un delito debe responder, y acá nosotros no estamos haciendo la vista gorda con un sector, como hace el actual gobierno o los anteriores, y permitimos otras cuestiones, no. Cualquiera que delinque tiene que responder por el delito que cometió, nada más. Respecto del Ministerio de la Mujer, bueno, te diría que es el agujero negro más grande del Sistema Solar argentino, porque literalmente cualquier fondo entra por ahí y no sale nada más que cargos, autos, viajes, militancia, adoctrinamiento, y la Argentina no se puede dar el lujo en la situación de pobreza en la que está de tenerlo y de gastar recursos en cuestiones que realmente son del ámbito del Gobierno o del personal de cada ciudadano. Yo no estoy de acuerdo con considerar a las mujeres como víctimas, lo cual no es una opinión personal, sino que la Constitución Nacional nos alberga a todos, el sistema penal nos protege a todos.
-¿Por qué deberían votar por ustedes?
-A los argentinos y extranjeros que viven en Argentina, ¿por qué tienen que votar por La Libertad Avanza? Porque defendemos la vida, la libertad, la propiedad, porque queremos que tus hijos no se vayan del país, porque queremos que la Argentina recupere la gran época en la cual vos podías venir si eras un extranjero o acá, laburando, podías hacerte realmente de un futuro, podías realmente hacer toda tu vida acá, eso es lo que queremos. Queremos que se respete la ley, que se recupere el orden, que se recupere el respeto a los derechos humanos para todos los ciudadanos, que no haya impunidad ni corrupción. Eso es lo que queremos. Nuestro mensaje es de esperanza, somos dos ciudadanos comunes junto con un montón de otros ciudadanos que se implican en política por primera vez y que lo que deseamos es que se termine el gran negocio de