El deceso fue a las 7 de la mañana. Fue el sexto arzobispo de Tucumán y actual obispo titular de Bolsena, falleció este viernes 4 de noviembre a los 73 años en la unidad coronaria del sanatorio Otamendi de Buenos Aires, donde se encontraba internado por distintas afecciones de salud.
El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Alberto Sánchez y su obispo auxiliar, monseñor Roberto José Ferrari, comunicaron “con profundo dolor la partida a la Casa del padre de monseñor Zecca"
Los obispos tucumanos confían el alma de monseñor Zecca "a la intercesión de la Virgen de la Merced, que Ella se lo presente a su hijo como un buen pastor que ha entregado la vida al servicio de la Iglesia".
Monseñor Zecca nació en Buenos Aires el 27 de septiembre de 1949 y fue ordenado sacerdote el 19 de noviembre de 1976 por el cardenal Juan Carlos Aramburu. Elegido arzobispo de Tucumán el 10 de junio de 2011 por el papa Benedicto XVI, recibió su ordenación episcopal el 18 de agosto de ese mismo año de manos del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, siendo sus coconsagrantes el cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná, y los obispos Eduardo Vicente Mirás, arzobispo emérito de Rosario; Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán; y Ariel Edgardo Torrado Mosconi, obispo auxiliar de Santiago del Estero. Tomó posesión como sexto arzobispo de Tucumán el 17 de septiembre de 2011.
En sus casi seis años a cargo de dicha sede, tuvo la responsabilidad de organizar el XI Congreso Eucarístico Nacional , que se realizó en la misma capital tucumana. Renunció por razones de salud el 9 de junio de 2017, y el papa Francisco lo nombró entonces arzobispo titular de Bolsena.
Fue rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) desde 1999 , puesto en el que permaneció durante 10 años. También ocupó los cargos de presidente de la Federación Argentina de Universidades Católicas (FAUC), presidente de la Organización de Universidades Católicas de América Latina (ODUCAL) y de miembro invitado del Consejo de Administración de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC).
En la Santa Sede fue consultor de la Congregación para la Educación Católica .
Monseñor Zecca fue autor de libros y artículos teológicos en revistas especializadas, frutos en gran medida de sus actividades como profesor y rector de la UCA y de su vinculación con diversos organismos; participó además, en el mismo sentido, en varios encuentros internacionales académicos en Europa, África, Asia y América Latina.
En la Conferencia Episcopal Argentina era delegado para los Desafíos y Prospectivas de la Educación Católica en la Argentina.
Sus restos serán trasladados a la provincia de Tucumán, para que reposen definitivamente en la catedral de Nuestra Señora de la Encarnación, de la capital provincial.
Desde el observatorio de la vida enviaron el siguiente comunicado
Monseñor Alfredo Horacio Zecca:
Para nosotros un Obispo, con nosotros un Cristiano
Monseñor Alfredo Horacio Zecca ha retornado el 4 de noviembre a la Casa del Padre. Quien providencialmente fuera el Arzobispo de Tucumán entre los años 2011 y 2017, pasando a la historia como el Arzobispo anfitrión del XI Congreso Eucarístico Nacional y del Bicentenario de la Patria, falleció a los 73 años de edad.
La ordenación episcopal es la plenitud del sacramento del Orden: “Según la tradición, entre los diversos ministerios que se ejercen en la Iglesia… ocupa el primer lugar el ministerio de los obispos y que, a través de una sucesión que se remonta hasta el principio, son los transmisores de la semilla apostólica”.
Es así que “La consagración episcopal confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de enseñar y gobernar [...] En consecuencia, los obispos, de manera eminente y visible, hacen las veces del mismo Cristo, Maestro, Pastor y Sacerdote, y actúan en su nombre (in eius persona agant)”.
Y Monseñor Zecca ha dejado en su paso por Tucumán innumerables ejemplos de un excelente maestro, un buen pastor y un dedicado sacerdote.
En su homilía de despedida nos decía: “En los años en que he conducido esta Iglesia he procurado ser, entre ustedes, lo que se me pide: un buen pastor. Ciertamente con los límites, errores y pecados, fruto de la fragilidad humana. Me he esforzado por cumplir el lema que elegí – tomado de San Agustín – para mi escudo episcopal: Para ustedes obispo, con ustedes cristiano.”.
Hoy con la tristeza de su partida, y rogando a Dios por su eterno descanso, decimos en su memoria:
Para nosotros un Obispo, con nosotros un Cristiano
Observatorio de la Vida Tucumán