No solo la iglesia de la misión fue incendiada y destruida, sino que también lo fueron la escuela, el centro de salud, las casas de los sacerdotes y de las religiosas, la biblioteca, los internados de muchachos y muchachas y los vehículos de la misión. «Destruyeron todo», dijo Mons. Alberto Vera, obispo de Nacala, en conversación telefónica con la sede portuguesa de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Los terroristas llegaron a la casa de las hermanas y las obligaron a irse. Otra de las religiosas huyó con las internas. La hermana María cuando se alejaba de la casa pensó en las pequeñas que debían estar detrás de la casa y volvió. La mataron entonces. Un corte de la línea telefónica imposibilitó la comunicación durante varias horas, explicó el obispo.
El Estado Islámico cada vez más implicado en la violencia, Mozambique sufre desde 2017 una insurgencia islamista que ha causado cerca de 4.000 muertos y cientos de miles de desplazados
He perdonado a los que me matarán. Tú haz lo mismo". Estas fueron las últimas palabras de la hermana Maria de Coppi, nacida en Vittorio Veneto (Italia).
Pocos días tras su muerte la prensa de su región natal se ha hecho eco de sus valientes palabras antes de ser asesinada.
Según informó Corriere del Veneto, la anciana misionera envió un mensaje de voz a su sobrina, Gabriella Bottani, quien decidió compartir las palabras de su tía horas antes de ser alcanzada por los terroristas del Estado Islámico.
En el mensaje, con voz serena y sin miedo, la religiosa explicó a su sobrina que la situación se había complicado debido a que “el grupo al que llaman al-Shabaab, los insurgentes, está muy cerca”.
La misionera se refería a la organización de terroristas yihadistas Ansar al-Sunna, cuyo objetivo es establecer un Estado Islámico en África. Actualmente hay miles de víctimas de estos grupos terroristas locales, conocidos como Al Shabaab.
“El viernes atacaron un lugar de nuestra parroquia y parece que ayer entró un grupo aquí, y están muy cerca. Parece que están armados, ya han secuestrado gente, han matado a gente. Por donde pasan, hacen masacres”, explicó la hermana Maria a su sobrina.
A continuación, dijo que “toda la gente de aquí está huyendo. Hoy un padre me ha dicho que las chicas del lar (el internado que dirigen los misioneros en Chipene) vuelvan a casa y que las cuatro aspirantes a combonianas también volverán a Nampula, porque hay peligro”, advirtió.
Las Hermanas Misioneras Pías Madres de África, o también Hermanas Misioneras Combonianas, es una congregación religiosa católica femenina de derecho pontificio a la que pertenecía Maria de Coppi.
“La situación es triste, muy triste -continúa la misionera en el mensaje de voz-, toda la gente duerme a la intemperie en el bosque, entre las plantas, los que pueden van a los pueblos de Alua, Mazua y los centros donde están un poco más protegidos. Pero mucha gente sigue durmiendo fuera, en el bosque. Es triste”, lamentó.
A continuación, en el audio de algo más de 2 minutos de duración, Maria repite varias veces que se trata “de una situación muy triste” y que “todos están escapando: enfermeras, sacerdotes, todos”, también pide a su sobrina Gabriella Bottani que rece por ellos.
Por último, la misionera que decidió quedarse en la misión y no escapar de los terroristas, dijo que esperaba que Dios les protegiera a los misioneros y “a este pueblo”.
“Aquí disparan. Nos vemos en el paraíso. Están quemando la casa. Si no tienes más noticias mías, aprovecho para disculparme por mis defectos y para decirte que os he querido mucho. Acuérdate de mí en la oración”, pidió la hermana Maria.
“Si el buen Dios me da la gracia, te protegeré desde allí. He perdonado a los que me matarán. Tú haz lo mismo. Un abrazo”, se despidió la valiente misionera.