Pablo Salum, el principal denunciante del grupo que tenía su centro de operaciones en el barrio porteño de Villa Crespo, relató que fue el primer niño víctima de la organización, y contó los abusos que sufrió durante los años en que estuvo captado.
Relató que, en principio, era una escuela de filosofía, de "cultura New Age", donde se practicaba yoga y a la que su madre acudió por un problema de salud. Explicó que el lugar fue creciendo y "empezó a tener más adeptos, la captación y el sometimiento fue empeorando. Pasé de tener una familia hermosa a no tener nada. Nos dejaron totalmente destruidos", lamentó. Y describió situaciones de espanto: "Los nenes era obligados a tener relaciones sexuales con adultos y con sus propios padres", aseguró.
Salum fue el primer niño que logró escapar y denunciar lo que estaba sucediendo en esta "Escuela de Yoga" y las primeras presentaciones las realizó entre 1991 y 1992, pero entonces "quedaron en la nada".
Tenía base en la Argentina, pero contaba con sedes en el extranjero, y el principal delito que le imputa la justicia es la trata de personas con reducción a la servidumbre mediante la coerción.
Al hablar de su ingreso a la secta, dijo que su mamá "tenía un problema de salud y fue a diversos médicos y no le encontraban el problema, por lo cual comenzó a ser captada por distintos gurúes, entre ellos Juan Percowicz, un contador público que se había convertido en un gurú de filosofía yoga del cuarto camino".
"En ese momento fuimos la tercera y cuarta persona en ingresar a la organización y fui el primer niño en ser captado a los 8 años", añadió.
Se espera que hoy el juez federal Ariel Lijo y la fiscal Alejandra Mangano comiencen a indagar a Juan Percowicz, el gurú líder de 84 años que se hacía llamar “Maestro” o “Ángel”, el hombre que se creía por encima del resto de los mortales.
La organización está acusada, entre otros delitos, de trata de personas con reducción a la servidumbre mediante la coerción. Sumaban gente con el argumento de que tenían remedios para “los males del SIDA y las drogas” y que trabajaban para “el desarrollo de la felicidad”.
Reclutaban fieles, “alumnos”, los iniciaban y les cobraban para darles acceso a la palabra del líder, a la promesa de felicidad y bienestar, a pertenecer al “círculo”. Los obligaban a cortar con los lazos familiares, pero también a ceder bienes y propiedades (en los allanamientos, a los líderes de la secta les secuestraron 186 títulos de propiedad), y a pagar, incluso, vendiendo el cuerpo por dinero. Hasta a los niños cooptaban, y los obligaban a despertar sexualmente en manos, incluso, de sus propios padres. Eso dicen las denuncias; eso intenta dar por probado la Justicia.
Como es común en la actividad de las sectas: se trata de construir y acumular poder, y de hacer dinero, mucho dinero. Ese dinero captado por medios abyectos era canalizado hacia el circuito legal, por ejemplo, a través de fundaciones locales y creadas en el extranjero.
Manejaban fortunas. Solo en los procedimientos realizados por la Policía Federal durante el fin de semana se incautaron 1.130.454 dólares, 1.638.532 pesos, 1000 libras esterlinas, 100 euros, 52 monedas de oro (1,850 kilos de ese metal precioso), un kilo en monedas de plata, además de una flamante camioneta Ford Bronco (que estaba en la casa de Percowicz en un barrio privado de Benavídez y tiene un valor de mercado de $8.900.000) y 300 historias clínicas de posibles “pacientes” de la secta.
Hoy Salum tiene 44 años y, en diálogo con LA NACION, asegura que no solo carga con su propia historia, con haber perdido a su familia, que fue cooptada por esa organización, con haber pasado parte de su infancia. “Es, también, el dolor de ver a padres que perdieron a sus hijos allí; muchos de los detenidos ahora eran niños cuando ingresaron. Muchos padres murieron en la lucha, sin poder recuperarlos. No hay peor dolor que el que te roben un hijo”.
Según trascendió, en al menos dos propiedades ubicadas en la zona de Av. Estado de Israel al 4400, los agentes encontraron a cerca de 60 personas. Algunas, presentaban condiciones físicas deterioradas por lo que fueron trasladadas a centros de salud.
De acuerdo con la información que se pudo reunir durante la investigación, esta organización -bajo el discurso de una filosofía que pregonaría terminar con “los males del SIDA y las drogas” y “buscar el desarrollo de la felicidad”- se dedicaría a captar personas para, en algunos casos, reducirlos a una situación de servidumbre y, en otros casos, ofrecerles algunos de los tratamientos “médicos” que hacen en sus “clínicas”, con el propósito fundamental en uno y otro caso de obtener dinero, influencias y/o “coberturas” para sus líderes.
“Evolución”, “Recarnación”, “Apóstoles” y “Humanos comunes”, las categorías de la secta criminal de Villa Crespo que ofrecía “curas de sueño” con somníferos
La organización posee una estructura interna para “Evolucionar” y por último poder “reencarnar”, como ser: su lider, (Nivel 7) (“Maestro” o “El ángel”); sus secundantes, Nivel 6) (“Apóstoles”) y luego Nivel 5 (“Genios”), Nivel 4 (“Alumnos”) y Niveles 3, 2, 1 (“Humanos comunes”).
La investigación estableció que existía un flujo de viajes a Estados Unidos y Uruguay, con ell objetivo de realizar las mismas actividades que realizan en la Argentina, pero con la diferencia que las personas captadas en el extranjero eran convencidas de venir al país para realizar distintos tratamientos de “Ayuda”, como “la cura del sueño” y así poder aislarlos de sus familiares directos y realizar distintas maniobras para obtener beneficios económicos.
Las “Curas del sueño” se realizan en distintos departamentos de la Ciudad de Buenos Aires, identificados como “clínicas o consultorios”, ninguno habilitado para tal fin. El presunto tratamiento se realizaba con medicamentos somníferos para lograr el control total de la persona, precisaron.
Según escuchas telefónicas, se logró establecer que el grupo estaba por adquirir un edificio por un valor aproximado de U$S 1.500.000, suma saldría de un “Banquito” que poseen en dicho país, es decir que manejaban dinero en efectivo de origen dudoso, el cual utilizarían para “blaquear” en bienes inmuebles y otros como vehículos de alta gama.
A la actualidad se estima que la cantidad de “alumnos de la familia BAYF” que posee ésta¹ estructura delictiva ascendería a 170 personas aproximadamente en Argentina y otros tanto en los Estados Unidos de América, que aportan a dicha organización una cuota mensual en divisas extranjeras, la que denominaron “ceremonial”.
La camioneta secuestrada a los líderes de la secta de Villa Crespo. (Foto: TN).
La camioneta secuestrada a los líderes de la secta de Villa Crespo. (Foto: TN).
En tanto, estiman que existen 1500 “alumnos captados” por BA GROUP, a los que le cobran por capacitaciones “Evolutivas”, clases de lectura y distintas jornadas dirigidas a organismos estatales, provinciales o municipales, consejos profesionales, organizaciones con o sin fines de lucro, emprendedores y o público en general.
La investigación, en manos de la fiscal Alejandra Mangano y el juez Ariel Lijo, contó la colaboración del Bureu of Diplomatic Decurity de la Embajada estadounidense.
El relato de Pablo Salum, el primer denunciante de la secta criminal de Villa Crespo
En tanto, Pablo Salum, víctima y denunciante de la estructua contó cómo operaban. “Mi mamá tenía un problema de salud y tras ir a diversos médicos comenzó a ser captada por distintos gurús. Yo tenía ocho años y en ese momento fuimos las terceras y cuartas personas en entrar a la organización”, dijo Salum en diálogo con TN
Cayó una secta que operaba en Villa Crespo. (Video: TN)
Y agregó: “Empezó siendo una escuela de yoga y de filosofía, pero creció rápidamente y la captación y el sometimiento fue empeorando”.
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“A los niños de mi edad los obligaban a tener relaciones sexuales con adultos y en muchos casos con sus propios padres. Yo fui el primer niño en entrar, en escaparse y en denunciar a la organización. Por eso fui secuestrado y me llevaron a ese mismo edificio”, dijo en relación a uno de los domicilios de Villa Crespo donde se centró el operativo de la Superintendencia de Investigaciones